martes, 1 de abril de 2014

Arthur Rimbaud (dos)


EL MAL

Mientras los escupitajos rojos de la metralla
silban todo el día en el infinito del cielo azul;
mientras escarlatas o verdes, junto al rey burlón
se desploman en masa los batallones bajo el fuego;

mientras una espantosa locura machaca
y hace de cien millares de hombres una pila humeante;
-¡pobres muertos!, en el verano, en la yerba, en tu alegría,
¡oh Naturaleza!, tú que hiciste a estos hombres sanamente-,

hay un Dios que se ríe de las telas adamascadas
de los altares, del incienso, de los grandes cálices de oro;
un Dios que con el balanceo de los hosanas se duerme

y solo se despierta cuando algunas madres, recogidas
en su angustia y llorando bajo su vieja toca negra,
le dan una perra gorda liada en su pañuelo.



LE MAL

Tandis que les crachats rouges de la mitraille
Sifflent tout le jour par l'infini du ciel bleu ;
Qu'écarlates ou verts, près du Roi qui les raille,
Croulent les bataillons en masse dans le feu ;

Tandis qu'une folie épouvantable broie
Et fait de cent milliers d'hommes un tas fumant ;
- Pauvres morts ! dans l'été, dans l'herbe, dans ta joie,
Nature ! ô toi qui fis ces hommes saintement !...

- Il est un Dieu, qui rit aux nappes damassées
Des autels, à l'encens, aux grands calices d'or ;
Qui dans le bercement des hosannah s'endort,

Et se réveille, quand des mères, ramassées
Dans l'angoisse, et pleurant sous leur vieux bonnet noir,
Lui donnent un gros sou lié dans leur mouchoir !


                                                 
                                                     Arthur Rimbaud


(Pese a la separación de sus padres, la infancia de Rimbaud es todo lo grata que puede serlo la de un hijo de la burguesía. "Alumno dócil, querido de sus maestros, aventajado en todas las disciplinas y ganador de todos los premios", según alguno de sus biógrafos, el joven Arthur se "tuerce" tras la lectura de Théophile Gautier, Théodre de Banville, José María de Heredia, François Coppé y Paul Verlaine en 'Le Parnasse contemporaine'. Lógicamente, será a dicha publicación a donde el poeta remita sus primeros versos; lógicamente también, no se los publican -según se ha escrito después porque cuando llegan el número en cuestión está cerrado-. Sí publicará, no obstante, 'Les Étrennes des orphelins' -que pasa por ser su primer poema- en la Revue pour tous. Corre el año 1870. [“Arthur Rimbaud, la precocidad y la autodestrucción”, Javier Memba])

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