jueves, 29 de mayo de 2014

Edgar Allan Poe


SOLO

Desde el tiempo de mi niñez, no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude sacar
mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pena; no se despertaría
mi corazón a la alegría con el mismo tono;
y todo lo que quise, lo quise solo.
Entonces -en mi niñez- en el amanecer
de una muy tempestuosa vida, se sacó
desde cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
desde el torrente o la fuente,
desde el rojo peñasco de la montaña,
desde el sol que alrededor de mí giraba
en su otoño teñido de oro,
desde el rayo en el cielo
que pasaba junto a mí volando,
desde el trueno y la tormenta,
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
de un demonio ante mi vista.

                                         (1829)


ALONE

From childhood's hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions from a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Then- in my childhood, in the dawn
Of a most stormy life- was drawn
From every depth of good and ill
The mystery which binds me still:
From the torrent, or the fountain,
From the red cliff of the mountain,
From the sun that round me rolled
In its autumn tint of gold,
From the lightning in the sky
As it passed me flying by,
From the thunder and the storm,
And the cloud that took the form
(When the rest of Heaven was blue)
Of a demon in my view.
  


(En 1827 su padre adoptivo, disgustado por la afición del joven Poe a la bebida y al juego, se negó a pagar sus deudas y le obligó a trabajar como empleado. Contrariando la voluntad de Allan, Poe abandonó su nuevo trabajo, que detestaba, y viajó a Boston donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827). Poco después se alistó en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y se reconcilió con Allan, que le consiguió un cargo en la Academia militar, pero a los pocos meses fue despedido por negligencia en el deber, su padre adoptivo le repudió para siempre. Al año siguiente de publicar su tercer libro, Poemas (1831), se trasladó a Baltimore, donde vivió con su tía y una sobrina de 11 años, Virginia Clemm. En 1832, su cuento "Manuscrito encontrado en una botella" ganó un concurso patrocinado por el Baltimore Saturday Visitor.)

martes, 13 de mayo de 2014

UNA DÉCIMA DE SEGUNDO


Un momento en una agenda,
una décima de segundo más.

Vuela,
va saltando de hoja en hoja
mil millones de instantes de que hablar.

Una ráfaga de aire frío
un molino de viento hace girar,

sigue,
va rodando sobre su eje
descubriendo una trayectoria más.

Y es que no hay nada mejor que imaginar,
la física es un placer.

Es que no hay neda mejor que formular,
escuchar y oír a la vez.

Mide el ángulo formado por tí y por mí,
es la solución a algo muy común aquí.

Ahora tú no dejes de hablar,
somos coordenadas de un par,
incógnita que aún falta por despejar.

Busca un libro que diga "Cómo",
luego otro que se titula "Sí",

sigue, un tercero llamado "Nada",
es la fórmula del círculo sin fin.

Y es que no hay nada mejor que revolver
el tiempo con el café.

Es que no hay nada mejor que componer
sin guitarra ni papel.

Paralelas vienen siguiéndome,
espacio y tiempo juegan al ajedrez.

Ahora tú no dejes de hablar.

                                   Antonio Vega

(Versión extraída del libro ¿Y si pongo una palabra?, editorial Demipage, 2009)

jueves, 8 de mayo de 2014

Leopoldo María Panero


EL LAMENTO DEL VAMPIRO

Vosotros, todos vosotros, toda
esa carne que en la calle
se apila, sois
para mí alimento,
todos esos ojos
cubiertos de legañas, como de quien no acaba
jamás de despertar, como
mirando sin ver o bien sólo por sed
de la absurda sanción de otra mirada,
todos vosotros
sois para mí alimento, y el espanto
profundo de tener como espejo
único esos ojos de vidrio, esa niebla
en que se cruzan los muertos, ese
es el precio que pago por mis alimentos.

                                 Leopoldo María Panero


(“Vivo dentro de la fantasía paranoica del fin del mundo y no solo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella. Todas mis palabras son la misma que se inclina hacia muchos lados, la palabra FIN, la palabra que es el silencio, dicha de muchos modos”. Así abría Panero su poética para Nueve novísimos, la antología de Josep Maria Castellet que le señaló en 1970 como una de las grandes promesas de la literatura por venir. Era el más joven de la selección y dos años antes se había estrenado con Por el camino de Swan, publicado en Málaga en 1968. [Extracto del artículo "Leopoldo María Panero, maldito sea", escrito por Javier Rodríguez Marcos para El País con motivo de su muerte].)