Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fabrica donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada,
ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Son cinco minutos,
la vida es eterna
en cinco minutos.
Suena la sirena
de vuelta al trabajo,
y tu caminando lo iluminas todo,
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fabrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada,
ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Que partió a la sierra,
que nunca hizo daño,
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado.
Suenan las sirenas
de vuelta al trabajo,
muchos no volvieron,
tampoco Manuel.
Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica,
donde trabajaba Manuel.
Víctor Jara
("Cada vez me conmueve más lo que sucede a mi alrededor. La pobreza de mi propio país, de América Latina y de otros países del mundo. He visto […] la huella del horror de una matanza de judíos en Varsovia, el pánico de la Bomba, el golpe mortal causado por la guerra que desintegra al hombre y todo lo que de él surge y nace. En fin, tantos otros desastres que cansa enumerar. Pero también he visto lo que el amor puede hacer, lo que la verdadera libertad puede hacer, lo que la fuerza y el poderío del hombre feliz pueden hacer").
("Cada vez me conmueve más lo que sucede a mi alrededor. La pobreza de mi propio país, de América Latina y de otros países del mundo. He visto […] la huella del horror de una matanza de judíos en Varsovia, el pánico de la Bomba, el golpe mortal causado por la guerra que desintegra al hombre y todo lo que de él surge y nace. En fin, tantos otros desastres que cansa enumerar. Pero también he visto lo que el amor puede hacer, lo que la verdadera libertad puede hacer, lo que la fuerza y el poderío del hombre feliz pueden hacer").