sábado, 12 de abril de 2014

Las reglas del juego (ocho). METÁFORA


METÁFORA. Sea como sea, comparto la idea central de Cernuda: una metáfora no es un embellecedor ni un aderezo, sino una luz que ilumina una zona a oscuras, que se abre camino en un mundo inexplorado. Una metáfora que no sea una revelación, no es nada. Aquí tenemos otro ejemplo, un poema escrito por Sylvia Plath justo diez días antes de suicidarse, que también se llama "Palabras" y que las define de este modo:


Hachas
después de cuyo golpe la madera resuena
crea ecos
ecos que se desplazan
desde el centro, lo mismo que si fuesen caballos.

Su savia
mana como las lágrimas, como el
agua que intenta
recomponer su espejo
sobre la roca.

que gotea y da vueltas,
cráneo blanco,
comido por el musgo.
Años después
las vuelvo a encontrar en mi camino

palabras secas y sin jinete,
el ruido infatigable de sus cascos.
Mientras,
al fondo del estanque hay estrellas inmóviles
que rigen una vida.


A veces, hay que salirse de las cosas para que las cosas se entiendan.

(Benjamín Prado, Siete maneras de decir manzana, Visor Libros, 2008)

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