sábado, 16 de enero de 2021

martes, 12 de enero de 2021

Louise Glück


ANTES DE LA TORMENTA

Habrá lluvia mañana, pero esta noche el cielo está despejado,
brillan las estrellas.
Aun así, se acerca la lluvia,
quizás suficiente para ahogar las semillas.
Hay un viento que empuja a las nubes desde el mar;
antes de verlas, sientes el viento.
Mejor miras los campos ahora,
observa cómo se ven antes de que se inunden.

Luna llena. Ayer, una oveja escapó al bosque,
y no cualquier oveja: el carnero, el futuro entero.
Si lo vemos de nuevo, veremos sus huesos.

La hierba se estremece un poco; tal vez el viento pasa a través de ella.
Y las nuevas hojas de los olivos tiemblan del mismo modo.
Ratones en los campos. Donde cace el zorro,
habrá sangre mañana en la hierba.
Pero la tormenta, la tormenta la lavará.

En una ventana, hay un chico sentado.
Lo mandaron a dormir, en su opinión, demasiado temprano. Así que se sienta junto a la ventana;

ahora todo está resuelto.
Donde estés es donde dormirás, donde despertarás la mañana siguiente.


                                De Una vida de pueblo (2020, trad. de Adelber Salas)


[Desde que publicara su primer libro de poesía, Firstborn (1968), con el cual obtuvo el Premio de la Academia Americana de Poetas, Glück ha recibido muchos premios; entre otros, el Premio Pulitzer de Poesía, por The Wild Iris (1992) (El iris salvaje, Pre-Textos, 2006); el primer premio otorgado por los lectores del New Yorker y el Premio Bollingen, por Vita Nova (1999) (Pre-Textos, 2014), y el Premio L. L. Winship/PEN New England, por Averno (2006) (Pre-Textos, 2011). Además, le han sido otorgados, entre otros, los galardones: la Medalla Nacional para las Humanidades; el Premio William Carlos Williams, y en el año 2020, el Premio Tomas Tranströmer y el Premio Nobel.]

viernes, 8 de enero de 2021

LA JORNADA

Ella sufre, sufre tanto.
Patada en el vientre,
arranca el día.
Contrae la tripa y golpea sus pulmones
para llegar con un hálito de vida a acabar la mañana.
Y en esta posición meridional
el corazón se desprende en caída libre
y palpa en sus encías sabor a sangre.
Exhala buscando adueñarse de la tarde.
Presiona el tórax para llegar al aire contenido.
El pulso se entrecorta y el latido se arrastra al fin del día.
Unos pasos más y un rastro de sudor agotado.
Al refugio de la noche,
sueños de humanidad.
Ella reza, reza tanto…

                                Fátima N. S.