sábado, 28 de diciembre de 2013

Jaime Gil de Biedma (dos)


LUNES

Pero después de todo, no sabemos
si las cosas no son mejor así,
escasas a propósito... Quizá,
quizá tienen razón los días laborables.

Tú y yo en este lugar , en esta zona
de luz apenas, entre la oficina
y la noche que viene, no sabemos.
O quizá, simplemente, estamos fatigados.


EN EL NOMBRE DE HOY

En el nombre de hoy, veintiséis
de abril y mil novecientos
cincuenta y nueve, domingo
de nubes con sol, a las tres
-según sentencia del tiempo-
de la tarde en que doy principio
a este ejercicio en pronombre primero
del singular, indicativo,

y asimismo en el nombre del pájaro
y de la espuma del almendro,
del mundo, en fin, que habitamos,
voy a deciros lo que entiendo.
Pero antes de ir adelante
desde esta página quiero
enviar un saludo a mis padres,
que no me estarán leyendo.

Para ti, que no te nombro,
amor mío -y ahora hablo en serio-,
para ti, sol de los días
y noches, maravilloso
gran premio de mi vida,
de toda la vida, qué puedo
decir, ni qué quieres que escriba
a la puerta de estos versos?

Finalmente a los amigos,
compañeros de viaje,
y sobre todos ellos
a vosotros, Carlos, Ángel,
Alfonso y Pepe, Gabriel
y Gabriel, Pepe (Caballero)
y a mi sobrino Miguel,
Joseagustín y Blas de Otero,

a vosotros pecadores
como yo, que me avergüenzo
de los palos que no me han dado,
señoritos de nacimiento
por mala conciencia escritores
de poesía social,
dedico también un recuerdo,
y a la afición en general.

                             Jaime Gil de Biedma


(El poeta empezó su carrera con la publicación de dos plaquettes: Versos a Carlos Barral (1952) y Según sentencia del tiempo (1953). No fue sino hasta 1959, sin embargo, cuando dio a conocer su primer libro de poemas, Compañeros de viaje, al que seguirían Moralidades (1966) y Poemas póstumos (1968). En 1975 y bajo el título de Las personas del verbo, reunió la totalidad de su producción poética, que amplió ligeramente en una segunda y última edición de 1982. Producto de un esfuerzo por acercar el verso al ritmo del habla y del pensamiento, Las personas del verbo fue una tentativa arriesgada, no sólo por la dificultad que esta transformación del lenguaje poético suponía, sino también porque implicaba nadar contra la corriente de las modas del momento. El gran prestigio del que Gil de Biedma goza en la actualidad parecería confirmar que el esfuerzo no fue en vano. Galaxia Gutenberg, 2006).

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