martes, 1 de marzo de 2016

Las reglas del juego (veintiséis). CÓMO SE HACE UN POEMA, Manuel Alegre


CÓMO SE HACE UN POEMA

Yo hice mi poema con muchas cosas.
Rompí retratos abrí un pozo
en la llanura. Habité muchos cuadernos.
Fui a la guerra y morí. Fui a la guerra y volví.
Con muchas cosas hice mi poema.

Mané ¿en dónde dejaste mi primer verso?
Mané rimaba siempre con por qué. ¿Por qué?
Mi tía se murió despacio despacio.
Ese día aprendí el sustantivo muerte.
Con muchas cosas hice mi poema.

Algunas no las digo. ¿Para qué decirlas?
Por ejemplo: rimaba estrelas con procelas.
En las rimas era libre. Vinieron a prenderme a prenderlas
y descubrí otra rima para estrelas: celas.
Con muchas cosas hice mi poema.

Campanillas nocturnas ¿por qué no me llaman?
Mis amigos silbaban siempre a media noche
Coimbra era una europa llena de trenes.
Campanillas nocturnas ¿por qué no me llaman?
Con muchas cosas hice mi poema.

Partí vestido de soldado. Yo vi Lisboa
llena de lágrimas. Y un avión se quedó
mucho tiempo volando entre lágrimas y nubes
mi amada llorando en el aeropuerto triste.
Con muchas cosas hice mi poema.

Mi amigo murió. Ya dije cómo fue.
La mina reventó mi amigo se quedó
con las tripas fuera encima de un árbol.
Aprendí en tercera persona el verbo morir.
Con muchas cosas hice mi poema.

Vi soldados con las manos llenas de sangre
y eso fue demasiado. Y tuve que aprender
en primera persona el verbo matar. Desde entonces
hay ciertos adjetivos que me duelen mucho.
Con muchas cosas hice mi poema.

No voy a decir el tiempo que tarda un verso.
¿Cómo deciros por ejemplo el tiempo
con las llaves metálicas llamando
en mi celda que después rimé con estrella?
Con muchas cosas hice mi poema.

Ciudad ya la rimé con libertad
(aprendí muchas cosas desde ese tiempo)
libertad la rimé después con estrella y celda
hice rimar tristeza con alegría
mi poema rimó con mi vida.

Como quien se despide yo hice un poema
Manuel Bandeira dice como quien muere
yo digo como quien pelea y por cantar no muere
como un violín entre un obús y la muerte
como quien arde (no está mal) o como quien enciende.

Yo mismo me apagué algunas veces
y siempre me encendí con mi poema.
Los soldados se sentaban alrededor de la leña.
¿Cómo hablarles? De repente yo dije:
camaradas la patria somos nosotros.

Y los soldados se callaban alrededor de la leña.
Entonces yo dije: es el tiempo de la vendimia.
José ¿cuántos almudes hay en tu aldea?
En mi aldea mi patrón hace mil almudes.
José la patria somos nosotros ¿entiendes?

Y los soldados se callaban alrededor de la leña.
José en tus manos empiezan todas las vendimias
del color de la sangre: es el color del vino ¿entiendes?
Mi poema se encendió sobre la leña
alguien cantó: la patria somos nosotros.

Con muchas cosas hice mi poema.
Lo aprendí en el viento. Lo aprendí en el barro.
Sobre todo en la calle. Y en algunos libros también.
Aunque fue junto a los hombres en donde aprendí
lo terribles y sagradas que son las palabras.

Aquí os dejo mi poema. Aquí os dejo
ciudad sin rimar con libertad
libertad rimando con estrella y celda
mi poema rimando con mi vida. Aquí os dejo
las cosas con las que hice mi poema.

                                 Plaza de la canción, 1965.
                                 Traducción de María Tecla Portela Carreiro.

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