lunes, 14 de diciembre de 2015

Las reglas del juego (veinticuatro). LA POESÍA DEBE SER..., Jorge Teillier

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Tú sabías que la poesía debe ser usual como el cielo que nos
       desborda,
que no significa nada si no permite a los hombres acercarse
       y conocerse.
La poesía debe ser una moneda cotidiana
y debe estar sobre todas las mesas
como el canto de la jarra de vino que ilumina los caminos
       del domingo.
Sabías que las ciudades son accidentes que no prevalecerán
       frente a los árboles,
que la poesía no se pregona en las plazas ni se va a vender
       a los mercados a la moda,
que no se escribe con saliva, con bencina, con muecas,
ni el pobre humor de los que quieren llamar la atención
con bromas de payasos pretenciosos
y que de nada sirven
los grandes discursos tartamudos de los que no tienen nada
       que decir.
La poesía
es un respirar en paz
para que los demás respiren,
un poema es un pan fresco,
un cesto de mimbre.
Un poema 
debe ser leído por amigos desconocidos
en trenes que siempre se atrasan,
o bajo los castaños de las plazas aldeanas.
...

                             Muertes y maravillas, 1961

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