martes, 28 de marzo de 2017

Rafael Alberti


A LA PINTURA

A ti, lino en el campo. A ti, extendida
superficie, a los ojos, en espera.
A ti, imaginación, helor u hoguera,
diseño fiel o llama desceñida.

A ti, línea impensada o concebida.
A ti, pincel heroico, roca o cera,
obediente al estilo o la manera,
dócil a la medida o desmedida.

A ti, forma; color, sonoro empeño
porque la vida ya volumen hable,
sombra entre luz, luz entre sol, oscura.

A ti, fingida realidad del sueño.
A ti, materia plástica palpable.
A ti, mano, pintor de la Pintura.




(A quienes conocen la poesía de Rafael Alberti no ha de sorprenderles que su interés por el color y la pintura, tan presentes en sus versos, le llevara a realizar una obra pictórica propia que ha recibido amplio reconocimiento en las últimas décadas. No es tan conocido, sin embargo, que la pintura fue su primera vocación. Cuando llegó con su familia a Madrid, en 1917, su intención era la de estudiar dibujo y pintura. Más tarde se referiría en sus versos a lo que sentía en aquellos momentos: “Mil novecientos diecisiete./Mi adolescencia: la locura/por una caja de pintura,/un lienzo en blanco, un caballete”. José Corredor Matheos, El Cultural, 12 de diciembre de 2002)

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